Comencé a estudiar periodismo el año 2003, en una universidad privada de mi ciudad, donde los comentarios hacia la carrera que había escogido, nunca fueron muy alentadores, debido a que en Chile hay una sobre dotación de profesionales del rubro de las comunicaciones. Sin embargo, era algo que nunca me preocupó. Al pasar los años conocí de manera real a Jesús, lo cual transformo mi vida, entregando todo lo que era a Él. Fue así que decidí ser una estudiante que lo honrará en cada materia y forma de relacionarme con mis compañeros.
Una vez concluido mi último año de estudios, los ojos estaban puestos en como resultaría mi vida laboral. Fue en ese momento que mi FE más se fortalecía, teniendo la certeza que Dios iba abrir las puertas para lograr encontrar un trabajo, el que además debía cancelar la importante deuda que significó estudiar periodismo. Cuotas que no iban a esperar ningún mes para comenzar a cobrarse.
Fue así, que el día que tuve que salir a buscar mi práctica profesional, que, en la mayoría de mis compañeros de curso, (estaban arregladas por alguien o contaban con algún contacto), en mi caso, era solo yo y Dios, el único aval que tenía a mi favor (el mejor). Tomé mi reducido curriculum, mi poca experiencia y mi enorme fe para dirigirme al Gobierno Regional de mi provincia, el que seguramente tendría mejores postulantes que yo para desarrollar una práctica profesional, (paso final y obligatorio para concluir mi carrera y obtener mi título).
Momento donde comenzó la aventura y la gloria de Dios a mostrarse una vez más. Llegué al lugar, me presenté, entregé mis papeles sin saber que protocolo seguir o palabras decir, se fueron a otra oficina, deliberaron y a los 15 minutos salieron y me dijeron: ¡la práctica es tuya, comienzas el lunes! Momento en que mi corazón saltaba, al ver en vivo y en directo el obrar de Dios.
Desde ese día todo cambió, aquella práctica a los meses se convirtió en un contrato de trabajo, donde Dios me había entregado uno de los cargos más anhelados por cualquier periodista en el Gobierno Regional de la ciudad.
Desde ese momento, comenzó una larga carrera, que, sin darme cuenta, me hizo llegar a estar en el Gabinete de Educación por casi 13 años, hasta la fecha. Desde entonces, he sido testigo, de cada cambio de gobierno (presidente y autoridades regionales), despidiendo a los equipos, siendo la única en permanecer en un puesto de confianza político sin ser política. Dios año a año, me capacitó, me dio gracia para ser consejera y la encargada de comunicaciones de importantes autoridades de Gobierno, donde mis opiniones y mis creencias siempre fueron escuchadas, respetadas y valoradas.
Viviendo en un ambiente donde muchas veces, tuve que decir NO, a acciones que contradecían no solo mis valores, sino lo correcto y honesto, arriesgándome a perder mi trabajo, pero cada vez que decía NO a lo indebido, sucedía todo lo contrario, Dios me bendecía más y más en el trabajo y en vez de perder mi puesto, me ascendían y valoraban mucho más.
Puedo concluir a través de este relato, que la mayor influencia en mi trabajo, como hija de Dios, es que cada autoridad y/o político con el que me ha tocado trabajar, ha buscado en mí, un consejo, una oración, ha visto una coherencia de lo que hace Dios en la vida del ser humano. En qué seguir a Cristo, no se trata de una religión, sino de vivir en un estado de paz, de luz, donde nada es más grande que el poder de Dios en el corazón del Hombre.
Trabajo en un ambiente donde el ego y el dinero priman, sin embargo, las tristezas y los vacíos en el corazón sobran. Muchísimas veces me ha tocado orar por mis colegas, por mis jefes, visitarles en sus casas, llevarlos a la iglesia, etc.
Finalmente, en mis casi 13 años de carrera profesional, debo decir que todo lo que logre avanzar, hasta hoy, ha sido únicamente, por la cobertura de Dios. Por entregar sin reservas mi corazón a JESÚS; no tenía ni la experiencia, ni los contactos para llegar donde llegue. Pero amaba y amo a un DIOS verdadero, que no se queda en el templo, sino que nos acompaña y bendice en cada una de las sendas de nuestra vida, donde la claves es amarlo con todo nuestro ser.
Revisa la serie de videos de Karen contando su experiencia. ¡Sus palabras inspiran!
Karen Salinas Opazo
Periodista 37 años, felizmente casada y mamá de 2 hermosos hijos, con residencia actual en la provincia de Concepción, Chile.
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