Para el cristiano, el reconocer la propia cosmovisión es sólo el comienzo. Debemos actuar apoyados en una cosmovisión para poder propagar la verdad, la belleza y la bondad de la cultura del reino en la tierra.
Qué tiene que ver nuestra cosmovisión o relato con el desarrollo humano? Muchísimo. Lo mismo que el terreno en que un árbol está plantado juega un papel decisivo en su crecimiento, del mismo modo los valores, las actitudes, la cultura y el ethos de un pueblo determinan el desarrollo sano, restringido, o inexistente de dicho pueblo.
Toda cultura abarca muchas creencias. Cada una de ellas encierra una cosmovisión dominante que influye en dichas creencias y las conforma, como también en las instituciones y las costumbres de la cultura.
Si bien toda cultura proporciona una ventana a través de la cual sus miembros vislumbran la realidad, cada una de ellas cuenta también con una serie de anteojeras que impiden que sus miembros vean su totalidad.
Una cosmovisión influye más en el florecimiento de un pueblo -en su prosperidad o su pobreza- que el ambiente físico u otras circunstancias... Cada cosmovisión crea distintos relatos culturales y produce valores distintos. Estos valores, conducen a conductas y estilos de vida que acarrean consecuencias en la vida de la gente, las culturas, las naciones y la historia.
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