El primer paso para formar una cosmovisión cristiana es vencer la honda separación entre «corazón» y «cerebro». Es menester rechazar la partición de la vida en ámbito sagrado, reducido a cosas como el culto y la moralidad personal, y ámbito secular, que incluye la ciencia, la política, la economía y el resto de la arena pública. Esta dicotomía mental es la mayor barrera que se opone a la liberación del poder del evangelio en medio de toda la cultura actual.
Por otra parte, se ve reforzada por una división mucho más amplia que desgarra el tejido entero de la sociedad moderna -lo que los sociólogos denominan separación de lo público y lo privado-. La «modernización da lugar a una nueva división de la vida social», escribe Peter Berger. «La dicotomía se produce entre las enormes e inmensamente poderosas instituciones de la esfera pública [con esto quiere dar a entender el estado, la academia, las grandes corporaciones] ... y la esfera privada» -el ámbito de la familia, la iglesia y las relaciones personales.
Las grandes instituciones públicas afirman ser «científicas» y «carentes de valores», lo que significa que los valores quedan relegados a la esfera privada de la opción personal. Como explica Berger: «El individuo queda abandonado a sus propias ideas dentro de una amplia gama de actividades que son cruciales para la formación de una identidad significativa que abarca desde la expresión de sus preferencias religiosas a decidir un estilo de vida sexual».4
Podemos expresar la dicotomía de la siguiente manera: Las sociedades modernas están profundamente divididas:
ESFERA PRIVADA
Preferencias personales
ESFERA PÚBLICA
Conocimiento científico
En suma, la esfera privada flota en el relativismo moral. Note el término clave que usa Berger «preferencia religiosa». La religión no es considerada como una verdad objetiva a la cual uno se somete, sino una cuestión de gusto personal que escoge.
Debido a esto, la dicotomía se denomina a veces división hecho/valor. Los valores han quedado reducidos a decisiones arbitrarias, existenciales:
VALORES
Elección individual
HECHOS
Obligan a todos
Como explica Schaeffer, el concepto de verdad se ha escindido -proceso que él ilustra con la figura de un edificio de dos plantas: la planta baja está ocupada por la ciencia y la razón, consideradas verdad pública, que es vinculante para todos. Sobre ella hay una planta superior de experiencia no cognitiva, lugar donde se asienta el sentido personal. Es la esfera de la verdad privada, donde se oye a la gente decir: «eso será verdad para ti, pero no para mí».5
La teoría de la verdad de las dos esferas:
PLANTA SUPERIOR
No racional, no cognitiva
PLANTA BAJA
Racional, verificable
Cuando Schaeffer escribió esto, el término moderno posmodernismo no había sido aún acuñado, pero es obvio que se refería a él. Hoy podríamos decir que en la planta baja se halla el modernismo, que aún reclama tener verdad universal, objetiva, mientras que en la planta superior se sitúa el posmodernismo.
Los dos niveles actuales de la verdad:
POSMODERNISMO
Subjetiva, relativa a grupos particulares
MODERNISMO
Objetiva, universalmente válida
Es muy importante aprender a reconocer esta división, ya que es el arma más potente para deslegitimizar hoy la perspectiva bíblica en el ámbito público. He aquí como actúa: la mayor parte de los secularistas son políticamente demasiado perspicaces como para atacar la religión frontalmente y descartarla como falsa. Así pues, ¿Cómo actúan? Consignan la religión a la esfera del valor, la sacan enteramente del ámbito de lo verdadero y de lo falso. Los secularistas nos aseguran entonces que, por supuesto, ellos «respetan» la religión, pero al mismo tiempo niegan que tenga relevancia alguna en el ámbito de lo público.
Como dice Phillip Johnson, la separación hecho/valor «permite a los naturalistas metafísicos apaciguar a los creyentes potencialmente fastidiosos asegurándoles que la ciencia no elimina la "creencia religiosa~ (en tanto en cuanto no pretenda ser conocimiento)».6 Es decir, en tanto todos entiendan que es pura cuestión de sentimientos privados. La rejilla que une los dos pisos funciona como un portero que define lo que ha de tomarse en serio como conocimiento genuino, y lo que se puede descartar como mera satisfacción de deseos.
Extracto de la Introducción del libro Verdad total, Nancy Pearcey. Editorial Jucum.
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