Toda buena obra, de Timothy Keller, me atrapó desde la primera hoja en la que se incluye un extracto de la contraportada del disco A Love Supreme (‘Un amor supremo’) de John Coltrane, en la que este famoso músico de jazz moderno, al que admiro, nos dice:
Durante el año 1957 experimenté, por la gracia de Dios, un despertar espiritual que me condujo a una vida más rica, plena y productiva. En ese momento, como muestra de gratitud, pedí los recursos y el privilegio de alegrar a otros mediante la música. Ahora siento que su gracia me lo ha otorgado. ¡Alabado sea Dios!
Así, Keller nos introduce de lleno al tema del libro. Un músico de jazz más conocido fuera de la iglesia que dentro, alaba al Señor porque pudo alegrar a otras personas con su arte. A partir de su experiencia de fe dejó de componer música para su propia conveniencia y lo hizo por causa de la música, la audiencia y Dios.
¿Y qué decir del prólogo de esta obra? Escrito por Katherine Leary Alsdorf, actual directora ejecutiva de Redeemer´s Center for Faith & Work, expresa cómo sus ideas equivocadas de lo que significaba el servicio a Dios, la alejaron de la fe por muchos años. Hasta que entendió que podía comprometerse con Él y mantener su trabajo como directora ejecutiva en varias compañías tecnológicas en Nueva York, sin tener que viajar a alguna zona rural de África, como sus hermanos lo habían hecho. Ella nos cuenta:
Creía en la verdad del Evangelio: que Dios creó todas las cosas; y al hombre a su imagen. Y que envió a su Hijo a redimir todo lo que se había perdido. Creía que Él tenía un propósito para mí como trabajadora y como líder, y que junto con muchas otras personas podíamos hacer una diferencia positiva en el mundo. Sin embargo, no sabía cómo vivir el plan de Dios en ese puesto de trabajo tan competitivo, con la filosofía de ganar a cualquier precio (…) Muchos pastores estaban más interesados en ayudarnos a servir dentro de la iglesia que en discipularnos y prepararnos para hacerlo en el mundo.
Con valentía e integridad Katherine no solo comparte sus éxitos, sino también sus fracasos y sus preguntas:
¿Por qué Dios no había permitido nuestro éxito cuando era claro que me había “llamado” para ese trabajo? ¿Cuáles eran mis responsabilidades con nuestro personal que ahora no tenían empleo en un mercado colapsado? ¿Cómo debía enfrentar la quiebra? Los únicos empresarios cristianos que había escuchado daban el crédito a Dios por sus grandes éxitos. Pero yo quería un Evangelio que tuviera buenas noticias inclusive para esto.
Las respuestas parten de una teología esencial que recorre el libro de tapa a tapa y que ponen de manifiesto cómo las buenas noticias del Evangelio de Cristo transforman nuestra vida y la manera en las que trabajamos. En palabras del autor:
"En este libro haremos lo posible para explicar la conexión transformadora y revolucionaria entre la fe cristiana y el lugar del trabajo. Cuando trabajamos somos, según la tradición reformada, los “dedos de Dios”, los agentes de su amor providencial por otros. Es decir que, el fin del trabajo no es solo para ganarse la vida, sino también para amar al prójimo".
La Biblia está llena de sabiduría, recursos y esperanza para cualquier persona que está aprendiendo a trabajar, que busca empleo o en viaje hacia el trabajo. Cuando afirmamos que la Escritura nos da “esperanza” para el trabajo, de inmediato admitimos cuán frustrante y difícil puede ser este y cuán profunda debe ser la esperanza si vamos a afrontar el desafío de seguir la vocación en este mundo.
En la perspectiva cristiana, la manera de encontrar tu llamado es entender cómo fuiste creado. Tus dones no han surgido por accidente sino porque el Creador te los dio. Pero ¿si no estás entrenando para correr en las Olimpíadas o para ser un gran músico de fama mundial? ¿Si estás luchando con un jefe injusto o con un trabajo tedioso que está por debajo de tus posibilidades? Es liberador aceptar que Dios está al tanto por completo de dónde estás en todo momento y que al servir al trabajo que se te ha dado lo estás sirviendo a Él. Cuando tu corazón espera en Cristo y en el mundo futuro que ha asegurado —cuando llevas su yugo suave y su carga liviana— finalmente tendrás el poder para trabajar con un corazón libre. Puedes aceptar con gusto cualquier nivel de éxito y logro que Dios te dé en tu vocación, porque Él te ha llamado.
Este artículo se escribió luego de la experiencia de haber sido parte del Curso Toda Buena Obra con el libro de Tim Keller con Iniciativa Fe y Trabajo América Latina. Si te interesa sumarte a un grupo de estudio puedes buscar información aquí.
Beatriz Buono
Se ha desempeñado por más de 30 años como la directora ejecutiva y editora general en la editorial Certeza Argentina. Gerente de finanzas en el pool de Certeza Unida. Es miembro fundador de la red Letra Viva y coordinadora del proyecto Letra Viva Books en Miami.
Licenciada en Química (orientación química analítica) Universidad Nacional de la Plata, Técnica Superior Bilingüe en Relaciones Empresariales en CAFI (Centro Académico de Formación de idiomas). Magister en teología con orientación en familia en CETI (Centro de Estudios Teológicos interdisciplinarios). Desde su conversión a Jesucristo sirvió en la Asociación Bíblica Universitaria Argentina (IFES A.L.) en diferentes áreas. Actualmente como presidenta de la Junta directiva y la representante legal.
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